¿Puede la pedofilia generar empatía? El Teatro Lara nos trae una producción cargada de emociones confusas y desgarradoras. Guillermo Názara nos cuenta su visión sobre este montaje escrito por Alejandro Butrón y protagonizado por Mariano Rochman y Sauce Ena, en el que lo que a menudo vemos como deleznable se puede convertir en una dosis de realidad.
¿Hasta qué punto somos culpables de nuestros actos? ¿Merecemos que nos acusen de algo que no podemos controlar? ¿Somos presos de los impulsos de nuestra mente? A menudo el drama nos hace sentir pena por la víctima y odio hacia su agresor, ¿pero qué pasa cuando se invierten los roles? ¿Podemos sentir lástima de un violador? ¿Llegar a comprenderlo? Sorprendentemente, ese ha sido mi caso.
Sed, la nueva obra de Alejandro Butrón, es un viaje hacia la empatía, una reflexión sobre los sentimientos más ocultos y oprimidos, que nos permite compadecernos del tipo de persona que en cualquier otra situación despreciaríamos. Alguien que trata de reprimir sus deseos más intensos, y cada vez más frecuentes. Un infierno retratado mediante excelentes monólogos, un ritmo ágil y una atmósfera tan inquietante como la historia que se cuenta.

Pero en este montaje no hay buenos y malos, si acaso solo víctimas: una de su propia naturaleza, y otra del sufrimiento de su pareja. La interpretación de Sauce Ena es sin duda la ganadora, por el impactante realismo con el que dota al papel de una mujer traumatizada por las inclinaciones de su marido; un horror que en ocasiones la lleva a la sumisión más degradante.
Con una escenografía dinámica y una dirección acertada, ya son muchas las razones para que esta obra regrese con más fuerza la próxima temporada y permanezca en cartel durante una larga estancia. Si quieren un motivo por el que ver teatro off, definitivamente este es uno.
Por Guillermo Názara (@MrNazara)