La obra maestra de Alfred Hitchcock regresa a Madrid, esta vez en clave de espectáculo en el emblemático Teatro Fígaro. Hasta el próximo 29 de agosto, la capital española albergará esta escalofriante historia sobre ambición, deseo y obsesión por cometer el crimen perfecto. En esta nueva crónica para Primera Fila, Guillermo Názara Reverter nos revela todos los entresijos sobre esta nueva producción basada en una de las películas más exitosas y aclamadas del “mago del misterio”.
A todo el mundo le atrae ser detective; de algún modo, todos queremos mostrar que somos inteligentes, aunque solo sea en la pantalla. Son muy claros los motivos que mueven al actor Aníbal Soto a indagar sobre el extraño comportamiento que exhiben sus anfitriones en lo que parecía ser una tranquila reunión de amigos; jamás podría sospechar las macabras intenciones que se esconden tras su fachada, ni tampoco el destino que le han adjudicado a su invitado de honor…
Y es que la sombra de Alfred Hitchcock parece haber vuelto a proyectarse, pero esta vez ha abandonado el celuloide para hacerlo sobre las tablas del Teatro Fígaro. La Soga, uno de los títulos más memorables del apodado como “el mago del misterio”, vuelve a la escena madrileña de la mano de Nina Reglero; esta vez, en una versión actualizada que prescinde de los clichés de los años 40 pero en general manteniéndose fiel a la adaptación original del maestro británico.
Con un elenco compuesto por intérpretes de la talla de Markos Marín o Mariano Venancio, el aterrador –aunque, en cierto modo, seductor- crimen de Leopold y Loeb resurge una vez más en nuestra cartelera tras el reestreno de Excítame, de Stephen Dolginoff. La enfermiza relación de los protagonistas se hace de nuevo patente sobre el escenario, conservando el carácter sugerente de la cinta pero sin ocultar el obsesivo vínculo que une a los asesinos. “Cuando Hitchcock rodó esta película tenía un gran obstáculo: el rechazo que había sobre la homosexualidad”, afirma Kiko Gutiérrez –quien da vida a Brandon-, “en nuestro caso, podemos tratar este tema abiertamente”.
La caracterización de los personajes pega un sorprendente vuelco en esta producción, que cuenta con un reparto de 6 miembros, en lugar de los 8 presentes en el guion original. “Mi versión de Mr. Kentley es una fusión entre el temperamento gris y adusto de este hombre y el lado dicharachero y divagante de su hermana”, explica Venancio. Lo mismo ocurre con la entrometida Sra. Wilson, quien en esta adaptación ha pasado a llamarse “señor”. “Cambiarle el sexo supone darle una identidad completamente opuesta a la del film”, asegura Julián Terluais, quien se pone en la piel del curioso mayordomo. “Sin embargo, su amor platónico por Mr. Kadelle sigue existiendo”, comenta entre risas.
La mortuoria fiesta de Brandon y Philip seguirá celebrándose sin descanso hasta el próximo 29 de agosto, cuando el telón caerá definitivamente para acabar con la tétrica diversión –o angustia, según se mire- de sus invitados. Hasta entonces, la capital española podrá disfrutar de la resucitada intriga de uno de los mayores maestros del cine y del misterio, quien, al igual que el siniestro y calculador Brandon, consideraba que el crimen era otra forma de hacer arte.