La obra de Juan Mayorga y Jorge Sánchez prolonga su segunda temporada en el Lara hasta mediados de noviembre. Guillermo Názara nos ofrece su visión sobre esta nueva producción, protagonizada por algunos de los actores más reconocidos del teatro español y fruto de una total libertad creativa y experimental.
Desidia, odio, ambición… Las claves del drama se convierten por una vez en la esencia de la comedia. El Teatro Lara acoge en su segunda temporada a Famélica, una obra sobre la decepción y el inconformismo laboral que parodia los grandes clichés de las ideologías políticas.
Escrita por Juan Mayorga y dirigida por José Sánchez, el montaje explora la frustración que todos sentimos cuando nos enfrentamos a un trabajo que nos disgusta, o a una sociedad dominada por las apariencias, la falsedad y el interés. Un claro reflejo de las relaciones que marcan nuestro día a día, que por medio de la sátira, hace de la pieza un espacio donde el humor y la reflexión se estrechan firmemente la mano.
De entre los cuatro actores que componen su elenco, la interpretación de Rulo Pardo es sin lugar a dudas el punto fuerte de la representación; un derroche de agudeza y naturalidad capaz de sacarle una sonrisa al público incluso con la frase más banal. Del mismo modo, su escenografía, dotada de gran sencillez, representa una perfecta una armonía entre la atmósfera de la obra y el más puro lenguaje teatral.
Este jueves, así como el próximo 12 y 19 de noviembre, el Lara les permite descubrir una vez más qué sucede cuando la experimentación y la inventiva tienen rienda suelta para crear. Famélica: una historia que saca a la luz la ambición y la codicia que el ser humano lucha por ocultar.
Por Guillermo Názara (@MrNazara)